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Curso 2011-2012, reunión del mes de octubre

1ª Reunión Grupo matrimonios

El domingo 23 de octubre comenzamos el curso 2011-2012 del Grupo de Matrimonios de nuestra parroquia Santa Maravillas de Jesús.

Este es el segundo año completo en el que nos reunimos. Y tenemos una gran ventaja sobre el año pasado y es que, gracias a Dios, a las reuniones, a los momentos de convivencias vividos en Ejercicios, durante las Eucaristías, celebraciones diversas, excursiones parroquiales y alguna comida o cerveza compartidas (tan bien necesarias y muy “santas”), el cariño y el afecto que ha surgido entre nosotros es sincero y va creciendo cada día.

Además, hemos comenzado recibiendo un regalo -¿uno?- perdón, tres regalos con los que Dios ha querido mostrarnos que, si somos fieles y constantes, la viña irá creciendo. Contamos con la presencia de tres nuevos matrimonios por los que pedimos al Señor se sientan queridos por nosotros, a gusto entre nosotros y con ellos podamos ser y dar testimonios en el mundo en el que vivimos, en nuestro barrio, en nuestros trabajos, en nuestras familias, de matrimonios cristianos comprometidos.




En esta primera reunión trabajamos del texto “Siete Claves del Matrimonio y de la Familia Cristiana” de Monseñor Munilla, el punto 3 referente a la Comunicación dentro del matrimonio. Fuimos compartiendo experiencias vividas en relación a este tema. Y pudimos ver, primero, que todos los matrimonios allí congregados, vivimos esas mismas circunstancias de un modo u otro. Fuimos conscientes de que el orgullo y la soberbia en ocasiones y la rutina en otras, impiden que seamos sinceros el uno con el otro; que en vez de sentarnos a hablar de todo aquello que nos duele y nos preocupa, nos encerramos en nosotros mismos, pensando lo peor del otro – y además equivocadamente -. De esta manera el matrimonio se va distanciando y la caridad va perdiendo peso en nuestra particular Iglesia Doméstica.

Paradójicamente, también nos dimos cuenta que en el momento en el que rompíamos esa brecha manteniendo marido y mujer un verdadero diálogo, llegábamos fácilmente a comprender al otro; a entender sus motivos y más importante todavía, a volver a una unidad que nunca debió romperse. Siempre que hay comunicación, se suavizan las cosas y se pueden afrontar juntos los problemas.

Luchemos, pues, cada día, en contra de la rutina dentro de nuestro matrimonio, del exceso de confianza; luchemos por mantener una comunicación fluida y, para ello, nuestros corazones necesitan necesariamente mantener primero una comunicación profunda con Dios para lograr comunicarnos mejor con aquella persona a la que más amamos: nuestro marido, nuestra mujer.

“La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe, es decorosa; no busca su interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia,; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La Caridad no acaba nunca” (1 Cor, 13, 4-8)

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